miércoles, 29 de mayo de 2013

¿Qué cosa es lo que persigo?


¿Qué cosa es lo que persigo, qué cosa es lo que espero? A la postre, todo me resulta igual, regresar o no regresar al Perú, llegar a ser o no un gran escritor, casarme o permanecer soltero. Soy incapaz de tomar una decisión porque me es imposible establecer una jerarquía entre mis deseos. Me gusta improvisar tanto mis ideas como mis sentimientos y mis aspiraciones. Hoy, por ejemplo había resuelto quedarme en casa, embriagado de soledad, con un furor enfermizo por el trabajo. De pronto he cambiado de opinión: salir, comer, beber litros de cerveza, llegar borracho donde un amigo que tal vez me encuentre original y no me comprenda… ¿Por qué estos cambios repentino?...
                7 de Diciembre de 1955, La tentación del fracaso. Julio Ramón Ribeyro

domingo, 26 de mayo de 2013

experiencia dramática

 
Quiero saber, en primer lugar, si para Félix el trance de dejar el terruño fue en ese momento, cuando emigró efectivamente, dramático, o si es dramático ahora, cuando recuerda haberse ido. Rose opina que habría una diferencia esencial: si se tratara de la primera opción, la escenificación de la experiencia dramática sería bastante factible, aunque con los desafíos propios de toda representación escénica; se trataría de una experiencia dramática dolorosa, como tantas o todas, asociada con una cronología precisa, aun cuando fuera desordenada, elemento esencial para cualquier representación practicable. Si se tratara en cambio de la segunda opción no sería tan sencillo, porque si en el momento concreto de traducirse en acción el trance no resultó dramático ni dejó ese recuerdo, sino que posteriormente fue adquiriendo dramatismo, por cualquier motivo que haya ocurrido de ese modo, por ejemplo arrepentimiento crónico o alguna amarga desolación, la carga del trance se encuentra repartida en la estela de situaciones que provocó, sin haber sido originalmente dramático. Y esa estela estará previsiblemente poblada de escenas dramáticas, o microescenas dramáticas, carentes sin embargo de pertinencia escénica.
 
                Pg. 161 La experiencia dramática, Sergio Chejfec

sábado, 18 de mayo de 2013

un gran don


 
De la entrevista a Fray Carballo, ministro de los franciscanos, publicada el 18 de Mayo de 2013 en el ABC, por Enrique Beotas:
 
¿Y el celibato?
-Un gran don que ni es dado a todos, ni todos lo pueden entender. Quienes hemos recibido ese don y esa gracia, estamos felices de servir al Señor con corazón íntegro, a pesar de nuestras debilidades y flaquezas. Precisamente por ello somos conscientes de que es un tesoro que llevamos en vasijas de barro.
-¿La castidad es más que abstinencia?
-La castidad comporta abstinencia, pero es, sobre todo, entrega sin reservas, amor gratuito, disponibilidad total e incondicional. Es corazón indiviso.
 
En la contraportada de ese mismo periódico y día:
 
Sharapova impone en su contrato una cláusula de castidad a su entrenador…
La tenista rusa contrató al alemán Dieter Kindlmann como compañero de entrenamiento durante tres meses y le impuso una curiosa renuncia, sobre la que existen dos interpretaciones. Algunos entienden que el contrato le prohibía practica el sexo con Sharapova… La otra versión, más radical, sostiene que la cláusula en cuestión le imponía a Kindlmann castidad absoluta a lo largo de ese trimestre, para que no se distrajese con cuestiones ajenas al tenis…
 
 

domingo, 5 de mayo de 2013

Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos


Antes de escribir no sabemos nada de lo que vamos a escribir. Y con total lucidez. Es lo desconocido de sí, de su cabeza, de su cuerpo. Escribir no es ni siquiera una reflexión, es una especie de facultad que se posee junto a su persona, paralelamente a ella, de otra persona que aparece y avanza, invisible, dotada de pensamiento, de cólera, y que a veces, por propio quehacer, está en peligro de perder la vida. Si se supiera algo de lo que se va a escribir, antes de hacerlo, antes de escribir, nunca se escribiría. No valdría la pena. Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos – sólo lo sabemos después- antes, es la cuestión más peligrosa que podemos plantearnos. La escritura: la escritura llega como el viento, está desnuda, es la tinta, es lo escrito, y pasa como nada pasa en la vida, nada, excepto eso, la vida."
               Margarite Duras
 
De:
Seguramente no os sonará el nombre de Amanda McKittrick Ros, una autora que vivió entre 1860 y 1939, pero en ciertos círculos esta señora se convirtió en una leyenda. De ella hablaban J. R. R. Tolkien, Aldous Huxley y Mark Twain. De hecho, el grupo literario de Oxford conocido como The Inklings (Tolkien, C. S. Lewis y compañía) solía convocar concursos de lectura, donde ganaba aquel que pudiera leer en voz alta obras de McKittrick Ros durante más tiempo sin desternillarse de risa. Del mismo modo, se puso de moda en los salones de Londres de la época celebrar fiestas dedicadas a los libros de la irlandesa McKittrick, donde los participantes se disfrazaban de sus personajes e intentaban hablar como estos (algo, por otra parte, imposible).
 
 

sábado, 4 de mayo de 2013

filtros de amor



-Ábrelo- me ordenó-; conocerás los secretos de Pantasilea.
Hice girar su puerta y en el primer momento no comprendí de qué se trataba, pues lo que contenía, en lugar de fulgir, era opaco y despedía apenas una claridad de marfiles. Luego retrocedí, ahogando un gemido., En los estantes se exhibía una exposición macabra: cráneos, huesos, trazas de piel humana, sórdidos andrajos arrebatados tal vez de las tumbas, frascos rebosantes de dudosos líquidos. El esqueleto de un sapo, colgado de una hebra, se balanceó suavemente. Recordé que le había oído contar a Nencia que algunas cortesanas recibían de las hechiceras esos despojos horribles, con los cuales fabricaban sus filtros de amor…
                 Bomarzo, Mujica Lainez


Ruggiero rescatando a Angelica, por Jean Auguste Dominique Ingres (1819).