-Tenemos que llamar a la policía. Existe una cosa que se
llama la ley.
-No tenemos que hacer nada semejante. No contamos con
suficientes pruebas ni siquiera para aplastar a una mosca. Deje que las fuerzas
de la ley hagan el trabajo sucio. Que los abogados decidan qué hacer. Ellos
escriben las leyes para que otros abogados las desmenucen en presencia de unos
abogados llamados jueces, de manera que otros jueces puedan concluir que los
primeros jueces se equivocaron, y el Tribunal Supremo pueda decir que el segundo
grupo metió la pata. Claro que existe algo llamado ley. Estamos hundidos en
ella hasta el cuello. Y sólo sirve para que los abogados hagan negocio. ¿Cuánto
tiempo cree que durarían los peces gordos de la mafia si los abogados no les
indicaran cómo actuar?
El
largo adiós, R. Chandler
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