domingo, 30 de septiembre de 2012

champán

 
-¿Me quieres mucho? ¿O me querrás si me acuesto contigo?
-Es posible.
-No tienes que acostarte conmigo, lo sabes. No voy a obligarte a que lo hagas.
-Gracias.
-Quiero mi champán.
¿Cuánto dinero tienes?
-¿En total? No tengo ni idea. Unos ocho millones de dólares.
-He decidido acostarme contigo.
-Mercenario –dijo-
-Yo he pagado el champán.
-Al diablo el champán –respondió.
-Compraste buena parte de mí, Terry. Con una sonrisa, un gesto de la cabeza, un además, unas copas tranquilas en un bar silencioso, aquí y allá. Fue muy bueno mientras duró. Hasta la vista, amigo. No voy a decir adiós. Ya te lo dije cuando quería decir algo. Te lo dije cuando era triste, solitario y final…
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario