Y quiso desatacarse; y
dije:
-Señor mío,
desatacarse más es brindar a puto que enseñar heridas.
Creo que pretendía
introducir en picazos algunas almorranas. Luego, en los calcañares, me enseño
otras dos señales, y dijo que eran balas; y yo saqué, por otras dos mías que
tengo, que habían sido sabañones. Y las balas pocas veces se andan a roer
zancajos.
La vida del Buscón
Y haciendo un alto en la lectura cargué la carabina y destripé
de un tiro a una babosa.
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