La resaca tras un montón de libros, entre otras muchas y más
importantes cosas. La resaca incluye ojear, tocar, leer al azar y leer alguna
novela, por ejemplo Ventajas de viajar en tren. Y después seguir leyendo
durante un mes. Olvidarse de los humanos. Tomar un te fresco, arrascarse la
barriga. Soñar que el tiempo no pasa.
… Por ejemplo Ventajas de viajar en tren. Ni realismo social
ni cuestiones experimentales. Orejudo es otra generación, la de los sesenta.
Sin compromisos sociales ni formalismos a los que dedicar su obra. Copio y pego
de la revista de la revista electrónica de estudios filológicos:
García Galiano recoge
en muy pocas palabras gran parte del espíritu de este grupo de escritores:
“Sentido lúdico, reflexión metaliteraria y, en general, cervantismo de la mejor
estirpe, así como un aceptable sentido del humor” (2003: 59). Uno de los logros
más destacables de Orejudo en Ventajas de viajar en tren ha sido la
recuperación del humor, un bien escaso en la literatura española. Un humor hijo
de Cervantes, que con las aventuras de su hidalgo manchego nos ofreció una
inestimable lección de vida. Una buena dosis de humor siempre es saludable,
sobre todo para un autor que desea ante todo narrar, contar una historia;
Orejudo, y también algunos de sus compañeros, han recuperado la fábula y la
sonrisa, elementos que nunca deberían haberse perdido, y más aún en una
literatura que tiene como cumbre el Quijote…
A continuación
expondré las que, en mi opinión, son las cuatro cuestiones donde mejor se puede
apreciar la huella de Cervantes en la narrativa de Antonio Orejudo:
Conflicto
realidad/ficción
Metaliteratura
¿Novela o conjunto de
relatos?
Ruptura de la
verosimilitud
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