martes, 26 de junio de 2012

humor y resaca

La resaca tras un montón de libros, entre otras muchas y más importantes cosas. La resaca incluye ojear, tocar, leer al azar y leer alguna novela, por ejemplo Ventajas de viajar en tren. Y después seguir leyendo durante un mes. Olvidarse de los humanos. Tomar un te fresco, arrascarse la barriga. Soñar que el tiempo no pasa.
… Por ejemplo Ventajas de viajar en tren. Ni realismo social ni cuestiones experimentales. Orejudo es otra generación, la de los sesenta. Sin compromisos sociales ni formalismos a los que dedicar su obra. Copio y pego de la revista de la revista electrónica de estudios filológicos:

García Galiano recoge en muy pocas palabras gran parte del espíritu de este grupo de escritores: “Sentido lúdico, reflexión metaliteraria y, en general, cervantismo de la mejor estirpe, así como un aceptable sentido del humor” (2003: 59). Uno de los logros más destacables de Orejudo en Ventajas de viajar en tren ha sido la recuperación del humor, un bien escaso en la literatura española. Un humor hijo de Cervantes, que con las aventuras de su hidalgo manchego nos ofreció una inestimable lección de vida. Una buena dosis de humor siempre es saludable, sobre todo para un autor que desea ante todo narrar, contar una historia; Orejudo, y también algunos de sus compañeros, han recuperado la fábula y la sonrisa, elementos que nunca deberían haberse perdido, y más aún en una literatura que tiene como cumbre el Quijote…
A continuación expondré las que, en mi opinión, son las cuatro cuestiones donde mejor se puede apreciar la huella de Cervantes en la narrativa de Antonio Orejudo:
 
Conflicto realidad/ficción
Metaliteratura
¿Novela o conjunto de relatos?
Ruptura de la verosimilitud

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