… Pero la temática de Fellini es de una clase peculiar: no
le preocupan los obreros, sino los derrotados. Es lo que sucede con la única
película de Luchino Visconti que aspira a ser neorrealista, Rocco y sus
hermanos, “proletaria” en su concepción inicial y derivada hacia el melodrama
con personajes en última instancia desplazados, los hijos de la inmigración del
sur al norte de Italia, que abandonan el mundo rural y en el la ciudad
industrial no consiguen proletarizarse: la realidad vende a la teoría.
Marcelo Rubini (Mastroianni) es en La dolce vita lo que hoy
llamaríamos un periodista de la prensa rosa. Se mueve sin rumbo por la Vía
Veneto. Quiere ser novelista, pero no le deja el ánimo para una empresa de
tanta constancia, ni el universo en el que vive lo entusiasma lo suficiente
como para convertirlo en literatura. Termina por ser, sobre todo, en la
película, un testigo callado. Que presencia cosas maravillosas y cosas
espeluznantes…
Mostrar
y demostrar”, Horacio Vázquez-Rial
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