RESTAURANTE AUTOMÁTICO “AUGÍAS”
La objeción más fuerte contra el modo de vida del solterón
es que como solo, siendo fácil que esto vuelva insensible y ruda a una persona.
Quien tiene esa costumbre, tiene que vivir de manera espartana par no echarse a
perder. Los anacoretas se alimentan frugalmente, aunque sea tan sólo por esta
razón. Pues sólo en comunidad puede comerse de manera correcta; la comida hay
que compartirla para que surta efecto. Igual da con quién: así, un mendigo
sentado a la mesa enriquecía antiguamente la comida. Lo esencial es compartir y
dar, en absoluto la conversación. Por otra parte, resulta sorprendente que la
vida social se vuelva problemática sin comida. Y es que agasajar iguala y une.
El conde de Saint-Germain permanecía en ayunas ante mesas repletas, gracias a
lo cual podía ir dominando la conversación.
Si todos tienen el estómago vacío, al punto surgen las rivalidades.
Calle
de dirección única, Walter Benjamin
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