sábado, 20 de abril de 2013

para poner en orden... para poder leer...

En una recopilación reciente (Les idées des autres), Simon Leys exhumaba y subrayaba una frase de Thomas Mann: “Un escritor es un hombre que, más que cualquier otro, es de la opinión que resulta difícil escribir”. En lo que a mí se refiere, a menudo cito las palabras de Blaise Cendrars (en El hombre fulminado): “Escribir es quemarse vivo, pero también es renacer de las cenizas”. Y, más aún, las de León-Paul Fargue, que fueron encontradas un día, traducidas poco tiempo después y nunca recobradas: “Escribo para poner en orden mi sensualidad”. Dos modos de mostrar que la escritura procede de la alquimia: transmutar el plomo en oro, el afecto en palabras. O más aún, para medir la distancia entre el pragmatismo del ambicioso chupatintas y la inquietud del auténtico escritor me acuerdo de la humilde confesión de Claude Roy: “Escribo para poder leer lo que no sabía que iba a escribir”.
                Pg. 36 y 37 “La sabiduría del editor”, Hubert Nyssen

No hay comentarios:

Publicar un comentario