jueves, 5 de julio de 2012

elsa morante, un mundo sutilmente perverso

Estaba tranquila y viva y era aún joven, era ella misma y su cuerpo en plena salud disfrutaba con todas sus fibras del indulgente calor de la madrugada  las móviles ventanas de su nariz aspiraban agradecidas los olores dulzones provenientes del mar que ella no podía ver, pero cuyo rumor oía justo en la parte baja del bulevar, lo percibía como un desencadenamiento de luminosidad glauca en el día matinal, como un reflejo broncíneo sobre el azul tenue del cielo.
                Tres mujeres fuertes, Marie NDiaye
Un ejemplo devastador de aparente grandielocuencia  propia de un púber.
 
Apunto otra escritora. De la wiki: Elsa Morante (Roma, 18 de agosto de 1912 - Roma, 25 de noviembre de 1985) fue una escritora italiana, una de las más importantes de la segunda mitad del siglo XX.

Elsa Morante, casada con Alberto Moravia, amiga de grandes escritores y artistas, tuvo una vida marcada por experiencias dolorosas e intensas; siendo ya una escritora conocida y respetada, se separó de Moravia, vio morir a uno de sus más queridos amigos, enfermó, siguió escribiendo; intentó quitarse la vida y finalmente, en 1985, murió de un infarto, tras un largo y penoso internamiento en hospitales. Era guapa, tenía una sonrisa entre tímida e irónica, un rostro juvenil. Vivió siempre rodeada de animales. No tuvo hijos. De las muchas, e importantes relaciones que mantuvo, fue muy especial su contacto y amistad con las hermanas Zambrano, María y Araceli, que conoció durante el periodo en que éstas vivieron en Roma. Araceli prestó su nombre y una parte de su vida, para su última novela, inspirada en la amiga, ambientada en España. Con María compartió algo tal vez más importante: el fondo espiritual, el entramado ético que sustenta la obra de ambas.
Es difícil resumir los muchos personajes y los muchos sentimientos que Morante refleja en sus libros, centrados en una intensa reflexión moral, en la búsqueda del origen del dolor, de la semilla del llanto, como se dice en Araceli. En ellos encuentran una voz todos los actores secundarios del mundo, los seres invisibles, anónimos que la escritora transforma en los simbólicos protagonistas de sus libros: los niños, los animales, la mujer, los más expuestos a ser solo partes insignificantes del devenir de la otra Historia, cruel, inhumana., obscena, como le gustaba repetir. La mirada de la Morante, y su palabra, tratan de generar alguna forma de justicia, aunque solo literaria y estética, y de rescatar y dar valor a todas esas vidas desenfocadas y omitidas, minúsculas y plurales.
Pasajes inolvidables que recuerdan por qué Elsa Morante es de una de las escritoras italianas más importantes del siglo XX.

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