viernes, 20 de julio de 2012

semanas de felicidad


Vivieron varias semanas de felicidad (no era, no podía ser la felicidad exacerbada, febril, de los jóvenes, para ellos ya no se trataba de explotarse la cabeza ni de despedazarse gravemente durante un fin de semana; era ya –pero todavía estaban en edad de divertirse- la preparación para esa felicidad epicúrea, apacible, refinada sin esnobismo, que la sociedad occidental propone a los representantes de sus clases medias-altas). Se habituaron al tono teatral que adoptan los camareros de los establecimientos de varias estrellas para anunciar la composición de los aperitivos y otros abrebocas; también a la forma elástica y declamatoria con que exclamaban, a cada cambio de plato, ¡Buena continuación señoras y caballeros! Y que a Jed le recordaba aquel ¡Buena celebración!...

            El mapa y el territorio

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