Todo
este asunto del mundo estropeado me lleva a verlo bajo una especie de capa de
corrupción verde, como el queso pasado, con unos mórbidos brillos tornasolados
y un olor a decadencia mientras se desmorona. Claro que esto no es lo que
ocurre físicamente, pues el deterioro es obra de una burda presunción y una horrenda
y opaca novedad; una suerte de prisa que se extiende por doquier y todo lo
atiborra. Prefiero la putrefacción verdosa. Los edificios vulgares, la música
vulgar, las imágenes vulgares, los periódicos vulgares, el gusto vulgar son
burdos, presuntuosos y horrendos, pero debajo está la putrefacción, y todo se
deslavaza y se cae a pedazos como si fuera queso podrido, y nosotros somos los
gusanos, que comen con gozosa gula.
Pg. 358 Las torres de Trebisonda,
Rose Macaulay
No hay comentarios:
Publicar un comentario