El escritor best-seller de la literatura de terror
británica, James Herbert, murió ayer a los 69 años mientras dormía, según
informó su editorial. El autor de "La invasión de las ratas" publicó
23 novelas en 34 idiomas que vendieron 54 millones de copias en todo el mundo.
Cuatro de sus obras dieron el salto a la pantalla grande. Fue premiado con la
Orden del Imperio Británico y con el Gran Maestro del Género del Terror. Es una
figura destacada del género, sólo superado por el estadounidense Stephen King.
El actor Harry Reems se hizo famoso por interpretar al doctor Young en la
emblemática película "Garganta profunda" (1972). Reems murió a los 65
años en el hospital de veteranos de guerra de Salt Lake City, según informó su
esposa. Tenía múltiples problemas de salud, incluyendo cáncer de páncreas.
Después de abandonar la marina, Reems trabajó en varias películas
pornográficas. "Garganta profunda" fue el primer filme porno masivo y
recaudó una cifra estimada en 600 millones de dólares en taquilla.
… Le asombraba que aquellos seres mercantes, siempre fieles
a la buena educación, dueños de carpetas obesas que llevaban dentro el secreto
capaz de transformar a jorobados raquíticos en campeones de triple salto, le
dedicasen en abundancia atenciones de Reyes Magos portadores de preciosas
ofertas de calendarios de plástico a favor de los preservativos antisífilis
Donald, el enemigo público número uno del crecimiento demográfico, suave al
tacto y con una corona de pelitos afrodisíacos en la base, de juegos de ajedrez
en cartulina elogiando discretamente en todas las casas los méritos del jarabe
para la memoria Einstein (tres sabores: fresa, piña y filete de lomo), y de
pastillas efervescentes que frenaban las diarreas pero soltaban las riendas de
la acidez, obligando a los enfermos de los intestinos a preocuparse por los
ardores de estómago, maniobra de distracción con que lucraban las botellitas de
agua mineral bebidas a pequeños sorbos terapéuticos en las barras de las
cafeterías. Los doctores se desprendían de sus encerronas feroces tambaleando
bajo el peso de prospectos y de muestras, ebrios de discursos erizados de
fórmulas químicas, de posologías y de efectos secundarios, y varios caían
exhaustos después de avanzar treinta o cuarenta metros, desparramando a su
alrededor los perdigones de píldoras del último suspiro. Un criado indiferente
barría sus restos clínicos hacia la fosa común de un cubo de basura abollado,
farfullando baladas fúnebres de sepulturero.
Ha muerto un insigne protagonista de la ciudad. Un
protagonista anónimo que no lo fue tanto hace veinte o treinta años. La época
de su esplendor fue la de mi niñez. Su nombre aparecía en programas deportivos
de radio locales. Su hijo continuó sus pasos. Su hijo emigró para trabajar y
dejó a unos amigos que nunca fueron suficientemente amigos. Ahora, las
circunstancias han propiciado el encuentro. Él, su hermana, la viuda y el
muerto. Llovía bastante y seguirá haciéndolo. Han pasado treinta años y la
viuda está delicada de salud. El piso, de repente, se ha quedado grande y tal
vez en breve se quede vacío. Hace cuatro días como quien dice el muerto
solicitaba poner una pequeña antena en su ventana para ver el fútbol
internacional. Hace cuatro días trotábamos ajenos a esta realidad que nos
encadena al dolor y a la pérdida. El mundo, nuestro mundo, mi mundo, va dejando
habitaciones vacías por las que paseo mientras llueve dentro y fuera del piso
que es el mundo.
Meaume les dijo: Nací en el año 1617 en París. En París fui aprendiz con
Follin. En la ciudad de Toulouse, con Rhuys el Reformado. En Brujas, con
Heemkers. Después de Brujas, viví solo. En Brujas amé a una mujer y mi rostro
se quemó. Durante dos años oculté un rostro horripilante en el acantilado que
se alza sobre Ravello, en Italia. Los hombres desesperados viven en ángulos.
Todos los hombres enamorados viven en ángulos. Todos los lectores de libros
viven en ángulos. Los hombres desesperados viven suspendidos en el espacio como
figuras pintadas sobre lasparedes, sin
respirar, sin hablar, sin escuchar a nadie. El acantilado que domina el golfo
de Salerno era una pared que daba al mar. Nunca he encontrado la alegría con
ninguna ota mujer. No es la alegría lo que echo de menos. Es a ella. Por eso he
dibujado durante toda mi vida un mismo cuerpo en los abrazos con los que
siempre he soñado. Los fabricantes de naipes que me dieron su protección
mientras trabajé en Toulouse llamaban cartas novelescas a los juegos de cartas
cuyos triunfos representaban héroes de novela. Cartas antiguas a las que
representaban a los profetas de la Biblia o a los generales d ela Historia romana.
Cartas eróticas a las que mostraban las escenas que nos engendran. Ahora vivo
en Roma, donde grabo estas escenas religiosas y estas cartas escandalosas. Las
venden en la tienda de estampas que tiene el letrero de la cruz negra, en la
via Giulia.
-Usted se encuentra (obsérveme bien), para su felicidad y
para mi infelicidad, ante el mayor espeleólogo de la depresión: ocho mil metros
de profundidad oceánica de la tristeza, negrura de aguas gelatinosas sin vida
salvo algún que otro repugnante monstruo sublunar con antenas, y todo esto sin
batiscafo, sin escafandra, sin oxígeno, lo que significa, obviamente, que
agonizo
Una botella de aguardiente iluminaba la cocina vacía con la
lámpara votiva de una felicidad de cirrosis. Con la ropa desparramada en el
suelo, el médico aprendía que la soledad personal posee el gusto ácido del
alcohol sin amigos, bebido a morro, apoyado en el zinc del fregadero. Y acababa
concluyendo, al volver a poner el tapón con una palmada, que se asemejaba al
camello que rellena su joroba antes de la travesía por un largo paisaje de
dunas que habría preferido no conocer nunca.
Memoria
de elefante, Lobo Antunes
Pero él, él, ÉL, ¿cuándo se había echado a perder? Hojeó
rápidamente su niñez desde el septiembre remoto del fórceps que lo había
expulsado de la paz de acuario uterina a la manera de quien arranca un diente
sano de la comodidad de la encía, se detuvo en los largos meses de Beira
iluminados por la bata floreada de la abuela, crepúsculos en el balcón sobre la
sierra oyendo el fulgor blando de la fiebre monótona de los cortones, campos en
declive marcados por las líneas de las vías del tren idénticas a venas
salientes en el dorso de la mano…
-Es de esa época. Úrsula era una mártir, de ahí lo de la
sangre. Una de las grandes leyendas de la Edad Media. Ella fue la que inspiró
esta música. El eterno problema: ¿cómo se puede uno imaginar una época que en
realidad es imposible imaginar? El mismo cerebro, diferente software. Esta
música lo expresa perfectamente, ha surgido de un sentimiento que ha
desaparecido del mundo. También es ésa la razón por la que Von Bingen está de
moda, lo mismo que el canto gregoriano, ¡por nostalgia! Lo que hizo que esta
música surgiera ya no existe, pero la música sigue existiendo aún…
Las actividades de la organización son generalmente
horizontales y afectan a varios departamentos o funciones (comercial, tráfico,
administración, etc.), como ilustra el siguiente gráfico. Esta concepción “horizontal” (actividades o
procesos) se contrapone a la concepción tradicional de organización “vertical” (departamentos o
funciones). Esto no significa que los procesos suplan o anulen las funciones. Como un pastel, se
puede organizar por capas pero se ha de servir por porciones.
La gestión de procesos consiste en dotar a la organización
de una estructura de carácter horizontal siguiendo los procesos interfuncionales y con una
clara visión de orientación al cliente final. Los procesos deben estar perfectamente definidos y
documentados, señalando las responsabilidades de cada miembro, y deben tener un
responsable y un equipo de personas asignado.
En este contexto es fundamental la figura del propietario,
que es la persona que, además de ocupar una determinada posición en el organigrama
“convencional” (vertical), es responsable de analizar el proceso, mejorarlo y especialmente conseguir sus
objetivos. La organización debe conocer quién es el propietario de cada uno de los procesos.
El propietario asume la responsabilidad global de la gestión del proceso y de su
mejora continua. Por ello, debe tener la suficiente autoridad para poder implantar los cambios en el
proceso que él o el equipo de mejora del proceso estimen oportuno.
En consecuencia, las personas implicadas forman parte de un
grupo multidisciplinar que rinde cuentas al responsable del proceso independientemente de las
funciones de cada uno en relación con el departamento al que pertenece. Esto se
conoce como “integración horizontal” del personal de la organización.
Procesos
clave. Son los
procesos que tienen contacto directo con el cliente
Procesos estratégicos. Son los procesos responsables de
analizar las necesidades y condicionantes
de la sociedad, del mercado y de los accionistas
Procesos de soporte. Son los procesos responsables de
proveer a la organización de todos los recursos necesarios en cuanto a personas,
maquinaria y materia prima, para poder generar
el valor añadido deseado por los clientes
La mejora continua de los procesos es una estrategia que
permite a las organizaciones generar valor de modo continuo, adaptándose a los cambios en el
mercado y satisfaciendo permanentemente
las necesidades y expectativas cada vez más exigentes de sus clientes.
La idea de que una organización es un
proceso de satisfacción al cliente y no un proceso de producción de bienes y servicios es
vital para todo empresario.
La organización empieza por el cliente
y sus necesidades y no por una patente, una materia prima o la habilidad para
vender; parte de las necesidades del cliente.
Theodore
Levitt.
Planificar
Ejecutar
Comprobar
Actuar
La organización debe tener definidos sus objetivos y su
política de la calidad y contar con el apoyo de los empleados, comprometidos todos con el fin de
dar el mejor servicio posible en todo momento y de aumentar la eficiencia y los beneficios
económicos para la organización. Cada empleado debe saber en qué medida afectará la gestión de
la calidad a su trabajo y debe existir un consenso general en que la implantación del sistema es
por el interés de la organización y en que aportará
ventajas a todas sus áreas.
Ganas de pertenecer a la organización.
Sentimiento de grupo.
Ganas de trabajar y de esforzarse.
Autoestima personal y de grupo
La mejora continua es un valor que no puede ser impuesto a
los empleados, sino que tiene que salir de ellos mismos.
… Si todo el universo es una pregunta, la mística es
entonces una respuesta, y su música es la mística cantada. De todas las
respuestas que nunca son la respuesta definitiva opto por la del arte. Cuando
dentro de poco te encuentres en algún lugar de Japón y ya estés saturado de
esos sombríos sonidos masculinos, escúchala. ´Certeza frente a certeza, la
certeza de la nada, del individuo desvanecido en el nirvana frente a la certeza
del alma en toda la eternidad junto a Dios, zumbando a coro en la armonía de
las esferas, santos con voz de bajo frente a santas con voz de soprano! Admite
que es fantástico: de cualquier espectro, de cualquier abismo, o de cualquier
redención o éxtasis que ofrezcas a la humanidad, ella hace música. Hace mil
años los planetas cantaban aún en armonía las alabanzas de Dios, por lo visto
ya han dejado de hacerlo, probablemente porque saben que llegamos nosotros. En
la misma época hemos sido desterrados al rincón más alejado del universo y con
ello también nos hemos vuelto cada vez más pequeños. Pero como consuelo hemos
recibido la música: la desgarrada, la desgarradora y la armoniosa.
La próstata asimétrica del protagonista explica la asimetría
del sistema financiero. No pasa nada, es algo normal, le acabarán explicando.
Todo en la película es asimétrico gracias a esa limusina que nos lleva hacia el
infierno (asimétrico es el corte de pelo que deja a la mitad, etc). Todo es
asimétrico en un mundo que parece simétrico, limpio, contenido en espacios
cerrados que nos llevan hacia la abstracción.
El terror de una perfecta simetría ha dejado paso al de un
sistema asimétrico y horrible.
Segundo año del tipo más extrañamente querido de la F-1. Es como
ese niño del patio de colegio que insulta y hace gracia. Todos se ríen. Pero
más allá de todo eso es un portento. Pedro de la Rosa ha trabajado con cuatro
de los cinco campeones del mundo que se presentan en la parrilla de salida esta
temporada. En una entrevista en AS, el piloto español calificó a Kimi Raikkonen
como el más genial de todos. El finlandés sólo tiene un campeonato, el de 2007,
que no debería llevar su nombre, pero que ofrece pistas de lo que es capaz.
Todos estamos familiarizados con algunas de las modalidades
del realismo. Nada de música de fondo. Actores no profesionales. Mala banda
sonora. Énfasis en los exteriores. Preocupación por los problemas sociales de
las clases inferiores. Blanco y negro, pantalla pequeña y abundancia de
montaje. Sobre todo, las películas realistas deben fingir que no son películas,
ino documentos impersonales de la realidad. Godard ha quebrantado la mayor
parte de esas reglas en una u otra ocasión. Sus personajes están obligados a
mirar al público (y a la cámara) de vez en cuando, para recordarnos que estamos
viendo una ilusión artificial. Anna Karina, la Galatea de Godard, es la mayor
culpable de eta modalidad y, de este modo, somos incapaces de evitar la
conclusión de que Godard está haciendo el amor con su cámara. Sin embargo, como
diría Godard, ¿qué cosa puede ser más realista que la afirmación visual de que
una película es una película? Y más moderno también…
Sin embargo, mirar a la cámara no es el único índice del
realismo de Godard. Lo que confiesa Godard en cada metro de filme que nos presenta
es su propio punto de vista y su responsabilidad moral. Mirad, dice, Este filme
no ha sucedido por casualidad. Yo hice que sucediese, y lo hice suceder aquí y
ahora. Cada uno de mis filmes es una página de mi diario, el diario de un
artista, crítico y periodista. Cada filme, por muy ficticio y remoto que sea el
tema, es un documental de mi estado de ánimo en el momento en que lo hacía. En
cierto sentido, esto siempre ha sido verdad…
… Brigitte Bardot, Fritz Lang, Jack Palance y Michel Piccoli
flotan en un sueño determinista en el que la unidad del mundo de Homero (y de
Lang) se desintegra ante nuestros ojos. El matrimonio de la Bardot y Piccoli se
disuelve en una escena culminante de interiores y ropajes clásicos que reducen
la elasticidad de la carne viviente. A fuerza de expresar únicamente la idea
del desprecio, la Bardot llega a sentir esa emoción. A las relaciones modernas,
defiende Godard, las destruyen las palabras que utilizamos para definirlas. La
definición se convierte en disolución. Por el contrario, el arte de un Homero o
un Lang consiste en una fe en el mundo tal como se nos presenta. Godard aparece
en el filme como asistente de Lang; sin embargo está muy claro que Godard está
de acuerdo con Moravia en la disolución de la personalidad moderna por el
exceso de análisis. Gracias a la confianza que pon Godard en Le Mépris, se da
cuenta de que le gustaría ser un artista íntegro como Lang, pero que no puede
ser más que lo que es: la conciencia analítica del cine moderno…
Entrevistas
con directores de cine, Andrew Sarris. Entrevista con Godard
En Ámsterdam había auténticas multitudes que se sentaban a
diario en los cafés, y ella se preguntaba cuándo tendrían las personas tiempo
de leer algo que no fueran los periódicos cada vez más gruesos y aburridos.
Quizá eso no se sintiera tanto aquí porque Berlín era mucho más grande, porque
en Berlín podías ser anónimo, pero en casa tenía a menudo la sensación de que
se había puesto en marcha un gran proceso de infantilización, una
superficialidad fatal e insoportable de personas que parecían querer demostrar
su individualidad riendo en masa los mismos chistes, resolviendo los mismos
crucigramas, comprando los mismos libros y no leyéndolos casi nunca, una suerte
de autocomplacencia tan desagradable que te angustiaba. Todas sus amigas
estaban apuntadas a yoga, iban de vacaciones a Indonesia, practicaban el
shiatsu, todas parecían tener cientos de ocupaciones en las que era
imprescindible estar fuera de casa; casi ninguna soportaba quedarse sola consigo
misma.
HUNDO la mano en la arena y encuentro la vértebra perdida.
La extravío al instante. Sombra de marfil, desangrada. Mi padre sonríe. De este
lado del mar la espuma es oscura. Huele a fiera me dice la pequeña amiga. El
mar huele a vida y a muerte le respondo. Supongamos que es así.
La salud aferrada a la roca. Piedra sensible a la luz. El
cazador carece de manos y pies. Es ciego y desea. Y su deseo es el bosque bajo
el agua, poblado de sexos en flor o de flores maestras que horadan el silencio
con sus grandes picos rojos y lentos.
Su dicción era enfática, el conjunto de su cuerpo corpulento
se movía en correspondencia con la argumentación, sus manos se agitaban por el
espacio para ahuyentar las quimeras que pudieran estropear su razonamiento
antes aun de que los demás las hubieran visto. Ya hablara sobre el gnosticismo
de Hitler, ya sobre la reforma ortográfica, ya sobre la grandeza del trabajador
en Jünger, las delicias de la carpa empanada o los lados oscuros de Proust, ya
fuera el tema arriesgado o hilarante, serio o superficial o hermético, la
estrategia era casi siempre la misma: una perfecta utilización del lenguaje,
del matiz de las palabras, de la musicalidad, de prestos y andantes, del fuego
de ametralladora de los staccati, hasta llegar a esa última arma de la
retórica, el silencio cuidadosamente colocado en su justa medida, y así los dos
neerlandeses, que sólo habían venido a pedir prestado un coche para su primera
excursión juntos, fueron sumergidos dentro de ese color a mitad de camino entre
el amarillo y el rojo que, naturalmente, no en vano era el color emblemático de
su casa real. Como en una montaña rusa fueron transportados desde el oro
celestial hacia el rojo ctónico, del amarillo azafrán de los monjes budistas
hacia el naranja que debía de haber llevado Dioniso, y por tanto también de la
fidelidad hacia la infidelidad, de la lascivia hacia la espiritualidad, y
así,según Arno, hacia todo lo que era emocionante.
El día de todas las almas, Cees Nooteboom
¿Qué hacía realmente? ¿Qué había de característico en lo que
hacía? ¿Qué habría dicho él si ella no hubiera salido corriendo? Que él dividía
el mundo en un mundo público, que casi siempre estaba relacionado con personas
y lo que hacían o, mejor dicho, lo que se hacían unas a otras, y otro en el que
el mundo, tal y como él lo llamaba, pertenecía a sí mismo. No es que en ese
segundo mundo no hubiera personas, pero si las había, eran pesonas sin nombres
y sn voz. También por eso la mayoría de las veces sólo utilizaba partes de sus
cuerpos, manos o, como aquel día en el metro, pies; multitudes anónimas,
personas, masa. Por ese segundo mundo nunca se había interesado ningún cliente,
y también con razón, ya que esto sólo le pertenecía a él y debía guardárselo
para sí hasta que algún día llegase a tener una forma. Notate, había dicho
Arno, y esa palabra anticuada para noticias sí que le había gustado. Al hacerlo
se convertía en una especie de notario, un contable que se presentaría alguna
vez, o nunca, con su suma infinita. Todavía no tenía claro si ese primer mundo,
el de los trabajos por encargo, tendría un lugar dentro del segundo…
Las bibliotecas existían, pensó, para conservar cosas;
naturalmente, tenían que ver con el presente que, por lo demás, se transformaba
en pasado a cada minuto, pero la conservación era una manifestación de algo
diferente, una lucha enconada por que no se olvide ni el acontecimiento más
insignificante, y eso no podía ser otra cosa que instinto de supervivencia, una
negativa a morir. Si dejamos morir algo, lo que sea, del pasado, también nos
puede suceder lo mismo a nosotros, y eso sólo podía ser conjurado por este afán
de conserfación. Carecía de importancia si alguien quería estudiar alguna vez
las ramas colaterales de la nobleaza aragonesa del siglo X, o el registro civil
de Teruel, o el plano del puerto de Santa Cruz de Tenerife, lo importante era
que el pasado estuviera presente en algún sitio como pasado, y que de este modo
siguiera existiendo hasta que terminara la descripción del mundo, junto con el
propio mundo…
-Me llamo Elik.
Elik, nadie se llamaba así, por lo que a partir de ese
segundo no se hubiera podido llamar de otra forma. Elik, naturalmente. El
cuerpo que se llamaba Elik era de repetne Elik de pies a cabeza, el áspero
tejido de su pantalón vaquero gris oscuro: Elik, los claros ojos verdes
grisáceos: Elik.
-No había oído nunca ese nombre.
-Mi madre se equivocó en tres cosas. La primera en el hombre
con quien se fue a la cama: mi padre, la segunda porque se quedó embarazada y
no abortó, y la tercera en este nombre. Seguramente lo pilló como de pasada en
algún lugar y pensó que era un nombre de chica. Pero procede de más allá de los
Balcanes y es el diminutivo de un nombre masculino.
Esto ya no se podía calificar como la exploración de la zona
fronteriza. La frontera invisible, que había estado en algún lugar del medio de
la mesa, ahora estaba cerca de él. Era un asalto. Alguien había dicho
muchísimas cosas a la vez y las había dicho de tal manera que parecía no
concernirle. No sabía cómo reaccionar. Elik.
-Me parece un nombre bonito.
Silencio. Una persona que se sentaba así en la silla no
contestaba a ese tipo de cosas. Bonito, eso era obvio que también lo sabía
ella. No se le movió ni un pelo. Inmóvil, las manos sobre la mesa. Una mujer
como una emboscada. Otra vez una palabra fabulosa.
-El pasado no tiene átomos –había dicho Arno-, y todo
monumento es una falsificación, y todo nombre en ese monumento no conmemora a
alguien, sino la ausencia de alguien. El mensaje es siempre que podemos ser
prescindibles, y ésa es la paradoja de los monumentos, porque afirman lo
contrario. Los nombres se oponen a la verdadera realidad. Sería mejor si no los
tuviéramos.
Arthur había percibido un extraño catastrofismo en esas
palabras y, como tantas veces, no estaba seguro de haber comprendido bien a
Arno. Arno gozaba del don de la palabra. Comparados con los de él, sus propios
pensamientos tenían casi siempre la velocidad de un gusano. No era que recelara
de la elocuencia, él sencillamente necesitaba siempre mucho más tiempo. Si no
tenías nombre, existías sólo como especie, igual que las hormigas o las
gaviotas…