Meaume les dijo: Nací en el año 1617 en París. En París fui aprendiz con
Follin. En la ciudad de Toulouse, con Rhuys el Reformado. En Brujas, con
Heemkers. Después de Brujas, viví solo. En Brujas amé a una mujer y mi rostro
se quemó. Durante dos años oculté un rostro horripilante en el acantilado que
se alza sobre Ravello, en Italia. Los hombres desesperados viven en ángulos.
Todos los hombres enamorados viven en ángulos. Todos los lectores de libros
viven en ángulos. Los hombres desesperados viven suspendidos en el espacio como
figuras pintadas sobre las paredes, sin
respirar, sin hablar, sin escuchar a nadie. El acantilado que domina el golfo
de Salerno era una pared que daba al mar. Nunca he encontrado la alegría con
ninguna ota mujer. No es la alegría lo que echo de menos. Es a ella. Por eso he
dibujado durante toda mi vida un mismo cuerpo en los abrazos con los que
siempre he soñado. Los fabricantes de naipes que me dieron su protección
mientras trabajé en Toulouse llamaban cartas novelescas a los juegos de cartas
cuyos triunfos representaban héroes de novela. Cartas antiguas a las que
representaban a los profetas de la Biblia o a los generales d ela Historia romana.
Cartas eróticas a las que mostraban las escenas que nos engendran. Ahora vivo
en Roma, donde grabo estas escenas religiosas y estas cartas escandalosas. Las
venden en la tienda de estampas que tiene el letrero de la cruz negra, en la
via Giulia.
Terraza en Roma, Pascal Quignard
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