viernes, 29 de marzo de 2013

vida en ángulos


 
Meaume les dijo: Nací en el año 1617 en París. En París fui aprendiz con Follin. En la ciudad de Toulouse, con Rhuys el Reformado. En Brujas, con Heemkers. Después de Brujas, viví solo. En Brujas amé a una mujer y mi rostro se quemó. Durante dos años oculté un rostro horripilante en el acantilado que se alza sobre Ravello, en Italia. Los hombres desesperados viven en ángulos. Todos los hombres enamorados viven en ángulos. Todos los lectores de libros viven en ángulos. Los hombres desesperados viven suspendidos en el espacio como figuras pintadas sobre las  paredes, sin respirar, sin hablar, sin escuchar a nadie. El acantilado que domina el golfo de Salerno era una pared que daba al mar. Nunca he encontrado la alegría con ninguna ota mujer. No es la alegría lo que echo de menos. Es a ella. Por eso he dibujado durante toda mi vida un mismo cuerpo en los abrazos con los que siempre he soñado. Los fabricantes de naipes que me dieron su protección mientras trabajé en Toulouse llamaban cartas novelescas a los juegos de cartas cuyos triunfos representaban héroes de novela. Cartas antiguas a las que representaban a los profetas de la Biblia o a los generales d ela Historia romana. Cartas eróticas a las que mostraban las escenas que nos engendran. Ahora vivo en Roma, donde grabo estas escenas religiosas y estas cartas escandalosas. Las venden en la tienda de estampas que tiene el letrero de la cruz negra, en la via Giulia.
 
    Terraza en Roma, Pascal Quignard
 

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