domingo, 6 de mayo de 2012

entrar al escenario

Como no conseguía salir las amigas me visitaban después del almuerzo, ocupaban los sofás, traían sillas del pasillo y del comedor, y conversaban en un tono más agudo que el habitual, de súbito optimistas y alegres llenas de planes de futuro que me incluían, y yo las imaginaba respirando hondo en el rellano como actores a punto de entrar al escenario para una pequeña comedia de felicidad y esperanza que ninguna de nosotras poseía, ansiosas con su propio sufrimiento, con su propia vida, y, como en edad estaban muy cerca de mí, interrogándose sobre la forma que la muerte elegiría para arrastrarlas consigo, implorando Dios mío un cáncer no, como si Dios se tomase el trabajo de confeccionar agonías personales a la manera de laos sastres que confeccionan ropa a medida, en vez de barrernos con un gesto distraído como insectos incómodos.
                El orden natural de las cosas, Lobo Antunes
 
La otra generación del 27, los humoristas, cineastas, dibujantes y vividores en una España hambrienta, Tono, Mihura, Jardiel, Neville, las amistades, una filosofía de vida en común... Y la torre de los siete jorobados de Emilio Carriere adaptada al cine, en mitad de la nada los dobles, espejos, los sainetes, el terror, el buen humor y unirlo todo con un lazo encima para el día de la madre, dicen, porque uno no se entera de esas cosas.

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