sábado, 5 de mayo de 2012

the man comes around

Miraba las botellas de whisky desde la calle, al otro lado del escaparate. De repente la figura de su madre cortó la visión del plano. Ella sonrió, él se turbó mínimamente ante el genio salido de la lámpara. Entró en el supermercado, la esperó a que saliera y marcharon juntos. Antes la hizo una fotografía, en la misma puerta, mientras repasaba el ticket de la compra, un acto rutinario. El mundo giraba alrededor y el obturador de la memoria se llenó de tiempo.
Hace casi un año, por esas mismas fechas, encontró a un amigo a la salida de otro supermercado. El amigo observaba el cuadro de publicidad que exponían afuera mientras echaba un cigarro. Le preguntó por su padre y le contestó que iba tirando. Luego le acompañó adentro para continuar la charla mientras hacía la compra, liviana, con pimientos, yogures y una red de patatas. Los dos habían acudido con el coche, algo raro en él salvo cuando marchaba al pueblo, cosa que iba a hacer a continuación, tras su compra cargada de azúcares y entremeses.

Las dos figuras, paterna en la del amigo y materna en la de él, marcan su tiempo, un tiempo en el que el padre ya no está, salvo en la sombra y su madre, vive en cada sorbo de whisky, al otro lado del espejo de este escaparate llamado mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario