viernes, 25 de enero de 2013

el dolor


Han colocado un cartel de cine en una habitación. La persona que entra ofrece gratuitamente su opinión. Le gusta o no le gusta. El color, el paisaje y la luminosidad que tiene es lo que inclina su opinión hacia el buen o mal gusto. El título, la obra que representa, la época o la actriz no le supone ni dice nada. Sólo el color, las lilas, las rosas, el río que surge al fondo.
Es difícil que una persona así pueda ser mi amiga un día. Es difícil que me pueda ver en lo que soy.
 
Puede ser que escriba guías de viaje cutres, pero fui un profesor inspirado. Podía conducirlos como mansas ovejas a lo largo de los setos espinosos de la sintaxis y de la gramática, podía hacer que el carro del Sol se precipitara de manera que pareciera que toda la clase estaba ardiendo, y podía –y eso lo hice ese día- hacer morir a Sócrates con una dignidad que ellos no olvidarían nunca en su corta o larga vida…
                La historia siguiente, Cees Nooteboom
 

El dolor tiene que estar grabado en las líneas de tu rostro y no en tu memoria”.
                    La historia siguiente, Cees Nooteboom



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