lunes, 7 de enero de 2013

invertir, un oscuro y loco misterio

La Verdad entusiasta, la Seriedad y la Independencia conducen a toda mente preparada por la naturaleza para el pensamiento profundo e intrépido a regiones hiperbóreas donde los objetos se ven bajo una luz dudosa, incierta y refractaria. Al ser contempladas a través de esa atmósfera enrarecida, las máximas aceptadas con carácter más inmemorial por el género humano empiezan a resbalar, a fluctuar, quedando por fin invertidas de principio a fin. El mismísimo cielo no es ajeno a este efecto de aturdimiento y confusión, ya que es sobre todo en su seno donde aparecen estos espejismos prodigiosos.
Pierre o las ambigüedades, Melville
 
 Existe en algunos corazones humanos un oscuro y loco misterio que a veces, en insólitos estados de ánimo, les despierta una ansiedad capaz de impulsarles a desatar los lazos m´s intensos del amor, en ese instante obstáculos para la consecución del objetivo que el desequilibrio les sugiere como trascendental. En esos momentos nuestras relaciones más entrañables se nos antojan nefastas por esencia; nos sentimos transportados hasta las cumbres más elevadas y creemos poder prescindir del valle que se extiende a nuestros pies; desdeñamos las caricias; los besos se nos antojan verrugas; y desechando todas las formas palpitantes del amor mortal, abrazamos en el vacío al infinito e incorpóreo aire. Tenemos la impresión de no ser humanos y nos convertimos a nosotros mismos en célibes y dioses; pero una vez más, como las divinidades griegas nuestras inclinaciones nos impulsan a descender a la tierra ya que estamos satisfechos de esa complacencia amoroso nuestra que nos permite ocultar nuestras sobrenaturales cabezas en senos formados por una arcilla demasiado seductora para ser resistida.
Pierre o las ambigüedades, Melville

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