Uno de los ejemplos que Koestler utiliza para confirmar sus aseveraciones es, en el terreno humorístico, la siguiente anécdota atribuida al académico francés del siglo XVIII Chamfort:
Un marqués de la corte de Luis XIV, al entrar en el boudoir de su esposa, la encuentra en brazos de un obispo y sin decir palabra se dirige a uno de los ventanales del palacio, lo abre y comienza a impartir bendiciones al pueblo en la calle.
La angustiada esposa le grita: Pero, ¿qué estás haciendo?
A lo que el marqués tranquilamente responde: “Monseñor está usurpando mis funciones, así que yo realizo las suyas”.
En la RAE:
Del traductor, Boudoir: tocador
tocador1.
(De tocar2).
1. m. Mueble, por lo común en forma de mesa, con espejo y
otros utensilios, para el peinado y aseo de una persona.
2. m. Aposento destinado a este fin.
3. m. Caja o estuche para guardar alhajas, objetos de tocado
o de costura, etc.
4. m. Paño que servía para cubrirse y adornarse la cabeza.
1. adj. Que toca1.
U. t. c. s. Se emplea especialmente referido a quien tañe un instrumento
musical.
En algunos casos esta distinción tipográfica obedece a una
costumbre tradicional y Flaubert la usa, como otros autores de su tiempo o del
pasado, para los títulos de un libro, de un periódico o el nombre de una ópera,
para un anglicismo, un italianismo o un latinismo de Homais, o para algún
regionalismo, como esos panecillos en forma de turbante, los cheminots, que se
comen en Rouen durante la cuaresma:
De la Wiki:
Cheminot es una población y comuna
francesa, en la región de Lorena,
departamento de Mosela, en el distrito de Metz-Campagne y cantón de Verny
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